
Ayer después de mucho vi una de él. City Hall. Resulto demasiado familiar y cotidiano. Corrupción, ocultamiento, muerte, vil metal, poder, presión, medios y, como no, política. Es el primer film de Pacino que siento tan cercano. Ni imaginar Carlito´s Way. Mucho menos El Padrino. Eso sería la fantasía extrema. Pero ocurre algo muy peculiar con esta trama. Especialmente en esta coyuntura y en mi Sector. Evidencias pérdidas. Conferencias de prensa esclarecedoras. Llamadas rellamadas y respuestas en alfa y tango. El claro reflejo de esa NY a Lima solo demuestra que, fuera de los trajes Dior o Armani y las andanzas alrededor de la Quinta Avenida y el Central Park, los personajes mueven sus piezas exactamente igual. No por nada, tenemos el honor de contar, entre nuestros patrimonios nacionales, al repudiado Vladimiro Montesinos. Brillante estratega que, desde su búnker en el Pentagonito, manejó a su antojo los caprichos del recontra espionaje.

Y por ser el segundo mencionado, no deja de ser menos importante. Fernando Zevallos o simplemente "Lunarejo". Toda una eminencia en el arte de saldar cuentas. A sangre fría sin pudor sin compasión. Perpetró una meticulosa organización que, tras la fachada de la aerolínea comercial – Aero Continente, lavó dinero producto de sus negocios con el narcotráfico. Perteneciente a la estirpe del cartel de los Lopez Paredes, su circulo se movía entre la Selva Amazónica, Colombia y EEUU (Miami). Si Vladimiro Montesinos tenia a Sun Tzu (El arte de la guerra) como su gurú preferido. El lunarejo veía a Mario Puzo (El Padrino) como su alter ego. Los parámetros de su vida se definen en tres aristas. Traficar Comprar Liquidar. Tantas idas y venidas. Imposible detallarlas. Y pensar que hace tiempo, mi hermano se ganó en una rifa de nuestro sacrosanto colegio católico, un osito de Aero Continente. Mala suerte. No encontró oro blanco.

Sin duda, City Hall no se lleva las palmas en argumento. Uno más bien soso y simplista. Teniendo a Al Pacino como protagonista, lo obvio debe sorprender al espectador, mostrando una gran encrucijada y un mejor desenlace. Realmente creo que Harold Becker, director de City Hall, hubiera hallado mejores arquetipos de inspiración aquí. Si ya desde 1995, año en que se rodó la película, nuestra Lima ofrecía finales más prometedores. Lo siento Becker, me quedo con la mafia italiana. Como inmortalizara Michael Corleone en el Padrino parte 2: "Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar".
3 comentarios:
Exelente post, para reflejar que la memoria colectiva sigue ahi. Se nota que eres una genial profesional, avocada a eso que te gusta, "la carnecita" de la noticia. Besotes rrorra.
Mas sobre Sun Tzu y otros estrategas chinos en
http://www.personal.able.es/cm.perez/
Como me pones!!! cada vez que veo tu foto!! Lo máximo mi Pacino!
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