La que sabe de memoria las cinco pastillas que debo tomar. La que tolera mi manía de dejar el cepillo sobre el lavabo. La que subió quince kilos junto a mí y luce bellísima con su túnica palo rosa. La que se me perdió un dia del 56 y otro del 84 apareció.

“La mujer de mi vida, no tiene que ser la mujer que necesito para mi”, arguyó. Los lentes oscuros protegían sus cansados ojos. Testigos de interminables guerras, batallas pérdidas e hirientes palabras. Sofocado por el bochorno continuó. “Lo cual resulta muy distinto a la mujer que merecemos. De pensarlo se me escarapela el cuerpo”. Sus pupilas seguían taciturnas el recorrido de los automóviles y la diatriba se quebró ante el sonido de un claxon. “Me da un Comercio”. Aquella sostenía en sus manos un delgado cigarrillo mentolado. “Se agradece. Quédese con el vuelto”. Giró en U y solo quedó el halo de perfume raro mezclado con el dióxido de carbono de Lima.
“Yo no quisiera a esa mujer en mi cama. Cigarrillos por doquier. Aromas extravagantes y adivino verla en fustanes labrados. Una compañera tan interesante como el alma de un maniquí. Viviendo por éxitos aún no alcanzados y muriendo por afectos jamás conocidos”. Ahora una blanca gorra con el logo de Michelín cubria su otoñal rostro de los rayos del verano.

Sus desgastadas zapatillas azules alcanzaron una apabullante moto. “¿Te queda Caretas? ¡Qué bueno! Una please. Gracias”. La voz juvenil se perdió en la medida que el semáforo contabilizaba los 50 segundos del paso del rojo al verde. “Quizás esa muchachita sea el jolgorio de los días de un viejo como yo. Pero ya no podría. Y pensar que hay muchos de 35 que parecen de 60. Sin ganas, sin fuerzas, sin esperanzas, sin emoción. Algo como el acompañante de ese cascabel hecho tentación. Tampoco será la mujer de su vida. Demasiada algarabía para tan poca presunción”.

“Señor disculpe, creo que me perdí ¿Conoce la calle Paz Soldàn?”, preguntó inquieta. “Es una de estas paralelas. Dos cuadras para arriba y a la izquierda”, respondió resignado al terrible sopor de mediodía. “¿La vieron? Tan vulnerable. Frágil y nada lúcida. Presa apetecible para aquel que desea una geisha. Es que lo veo. Párate de cabeza. Cocina. Plancha. No mires. No hables. No respires. Ya no me quieras tanto. ¡Vete! Generalmente terminan curadas, exitosas y con una vida rediseñada lejos del averno”.
“Gracias a Dios – y hasta hoy – la mujer que merezco nunca ha llegado a mi puerta. Pienso que le dieron mi dirección, pero la muy sosa la extravió. Me la imagino enorme, intensa, bígama, miope, cruelmente ninfómana y adicta a las tortas de chantilly. Si la iglesia quedara más cerca, ya estaría de rodillas implorando que nunca me alcance. Rogando a los santos que un trailer la aplaste o que una marcha de Construcción Civil la haga añicos”.

12 comentarios:
La mujer que yo quiero no necesita, bañarse cada noche en agua bendita.
La mujer que yo quiero me ató a su yunta, pero por favor no se lo digas nunca.
la mujer que uno quiere es aquella que nos busca sin proponérselo
Definitivamente la mujer que uno desea en la vida es la que uno quiera para sí. Pero el destino y todas su matices nos dan el revés o la sopresa. Yo no me puedo quejar porque en mi caso no es perfecta, pero si ideal para mí.
Besotes, Mire.
Fer!
Prometido! Queda guardao vuestro secreto bajo siete llaves Pardiez! y Olé! =D
Digler.. y sin pensar y como jugando emprenden una historia juntos.. la cuestión es ¿Qué sucede cuando compartes una vida y no te percatas de que ya no vas solo sino que alguien va a tu lado? =S
Gian! Yo rogaría al destino que con un revé de mano alineara las piezas de mi rompecabezas para poder narrar la historia de una buena vez.. es muxo pedir jaaa!
Yo sé que adoras a Edith la mujer de tu vida/ la mujer que quieres solito para ti! Euchhh!!!
Besos
Ole y grax por guardar mi secreto a voces.
P.D: porque siempre me llamaste Fer y no Alb?? Acaso sabías quien era quien desde antes??
Ummm! Pues llamalo instinto o coincidencia a pesar de que el nombre Alberto siempre estuvo ahi siempre me jalo más el Fernando y nada comencé con el Fer!!!!!! Jaaaaa!!
Pero no sé quien eres? Te juro! Debería saberlo o deducirlo?
Cuidate un cielo Fer!
me encanto tu post! pasare mas seguido..
Gracias y bienvenida! A mi encanta el feeling con que escribes.. Realmente me hubiera gustado a tu edad tomar las cosas de la vida asi con tanta buena onda y valia a mil!
Besos y te agrego!
Mire
Lo dejo a su conciencia doña Organza ^^
Que bello y bien guiado texto. Es tuyo cierto? Me has regalado una sonrisa con él. Saludos de Chile.
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