WHAT IF

A absolutamente todos nos ha asaltado esta interrogante. ¿Que si? Cual fuera nuestra actual situación. Siempre damos rienda a nuestra imaginación.

Como dice la canción: "Si hubiéramos hablado, hoy sería diferente". Para bien o para mal. Aunque claro para el autor de la tonada todo sería felicidad. Casa niños y su perrito más. Sin embargo, muchas de nuestras proyecciones no resultan tan optimistas como ésta última. A veces nuestro instinto no se equivoca. Otras, se estrella frente a una luna transparente. Tirado en el suelo con tremendo golpe a cuestas, dices: "¿Qué hice?".

Con suerte, el tiempo nos da la razón. O tremenda lección.















Dicen que a partir de los 30 años, es iluso apelar al "Que si". ¿Síntoma de inmadurez? ¿Arrepentimiento tardío? ¿Desvaríos a causa de la ausencia de Morfeo? ¿Stress? O ¿Mera soledad? Como fuera es válido increparse. Hace poco fui víctima de esta proyección. A propósito de un encuentro - sí - del pasado. Mi vida hubiera sido muy distinta.

LA BRUJA
No quiero ser injusta con esta proyección, porque en su momento fui inmensamente feliz. Pero conociéndome y con el hastío, ya, como tercer convidado, mi vida hubiera sido un solo de quejas. De peleas, negativas y más peleas por ¡Cierra la puerta! ¡Por qué miércoles la tiras! ¡Otra vez te pondrás esa camisa?! ¡Otra vez a ese restaurante! Tal vez me hubiera convertido en la autora del tarareo "¿Otra vez?". La transformación - definitivamente - respondería a ser la más bruja de todas. Inconforme e insufrible. Totalmente injusto para la otra persona.

LA GEISHA
Este post lo formulé a causa de esta "entregalotodo" que recordó el film de Amanda Peet & Ashton Kutcher. En este caso, mis días hubieran transcurridos siendo la mamá, la enfermera, la psicóloga, la niñera, la hermanita. Innumerables de profesiones en una sola. Y siempre siempre con un diligente: "Sí, mi amor" "Por supuesto, ahorita te lo traigo" "Déjalo, yo lo hago" "Como tu quieras" "¿Asi? Perfecto de inmediato". Me hubiera graduado en la perfecta geisha. Sumisa. Adicta al ¡Sí, mi vida! Totalmente injusto para mi.

Todos hemos ensayado - queriéndolo o no - diferentes posturas. Diversos afectos que nos impulsaron a saltar de un extremo al otro. Pero la idea es encontrar el punto medio. Ni muy frio ni muy caliente. Ahora, lograr eso es toda una chamba. Un trabajo de ganas de disposición e ilusión. Ilusión para que esta vez nuestra proyección muestre lo mejor de uno.

Ésa es la idea.