4.27.2007

¿Que te viene bien?




Que manera de llegar. Con el cabello más corto. Todo absolutamente en su sitio. Un lúdico encaje blanco. Y un calor en la piel que exhalaba de manera insoportable un mercantilista Scape. Montada en la parte de atrás de un automóvil. Repasaba todas las páginas de “tips” que leyó a lo largo de siete interminables meses. Y recordaba los movimientos de aquella modelo del grupo glam. Miradas insinuantes. Toques sútiles. La adecuada manera de susurrar. Ronronear. Desvestir.

Subir. Bajar. Quedar suspendida con los ojos cerrados. De fondo. Entrecortadas frases. Con la respiración deliciosamente agitada. Afiebrada sensación dominante. Indescriptible placer de sumisión. Podría morir por conservar ese vendaval de mixturas. Quizás guardarlo en su cajita de madera que la esperaba todas las noches. Probablemente encendería sus velas. Incienso de clavo de olor. Cerraría sus cortinas color rosa. Y todo estaría perfecto. Caería una y otra vez.

Miraría a través de su mente. Unas piernas conjugadas sobre una confortable butaca. Entrenando piruetas. Embelesada por un tesoro no descubierto. Precioso rojo en las uñas. Número nueve de tacón. Las tiras negras eran el presagio de un juego. Terriblemente tentador y adictivo. Aquí. Reparó en el complejo de gimnasta frustrada. Antes doblaba la mitad de su cuerpo apoyado en el clásico mueble. Y dejaba caer la cabeza al ras del suelo. Mientras otras manos la sostenían. Quien quita hubiera hecho maravillas en el riel de equilibrio. O en el taburete.

Ahora no solo descubrió su alter ego vouyerista. Largamente comprobado y aprobado. Venía presintiéndolo desde hace cierto tiempo. Por pequeños detalles al comprar zapatos y ropa interior. Se convirtió en fetichista. Eso era sencillamente espectacular. Cómo resistirse a esa partida gratamente maliciosa. Acompañada de un abdomen perfectamente plano. Y el sur y el norte totalmente sintonizados. El maquillaje ligeramente corrido. Que les puedo decir.

Ahora que me veo rodeada de otras paredes. Mucho más blancas y modernas. Una tecnología de punta. Con un cúmulo de miedos. Progresivamente manejados. No pude resistirme a escribir. Y a propósito de una llamada crepuscular. Puedo inferir que recordar te puede colocar ahí. A pesar de que te encuentres en una aburridísima exposición. Con gente comiendo. Dormitando. Apuntando. Atorándose. O divagando.

Y es que hace instantes escuche un ¿Qué le viene mejor? A mi. Pues un prodigioso Apple Martini este fin de semana gitaneando en una land cruiser. Porque déjenme decirles que auto eliminarse siempre tendrá sus ventajas. Porque el destino que alguna vez nos cantaron muy cerca al oído. No siempre tiene que ser el que merecemos. The Next!!!

1 comentario:

Mar dijo...

BIENVENIDA RRORRIS!! A ESTE MUNDO DE BLOGGOSFERA. DEL QUE (MEA CULPA) ME HE VUELTO ADICTA.

MI COMPLEJO DE GIMNASTA SE SUSPENDE EN LA MEMORIA..PERO ME DA GUSTO QUE CNTINÚE ALLI. DONDE LAS NEURONAS QUE NO MURIERON LO ABRAZAN.

BESOS MIL...TU MANIS (SIN TACO 9)

P.D: ME ANOTO PAL APPLE MARTINI NENA.