7.26.2006

Increíble. You know.



No recuerdo cuando fue la primera vez. Pero lo gritaste con tanta incredulidad. Que la sorpresa remeció mi conciencia. Debo confesarlo. Ahora me produce risas interminables. Cada vez que no recordaba algo. Cuando prestaba oídos sordos. Y que hay cuando olvidaba mis deudas. Creía recomendable archivarlas. Hasta hoy. En realidad hasta ayer. Retribuirte todo sería demasiado. Hasta para la ancianita centavito. Recordemos cómo amasó su fortuna. Centavito a Centavito. Sin dilapidar ni un solcito. O para la adicta de las carolina´s honey ribs. Definitivamente resulta imposible. Y sé lo que dirás. ¿Qué si no tengo memoria? Creedme almacena cada detalle. Al pisar cada acera o vereda familiar. Dibuja momentos y expresiones. Que duda cabe también canciones. A veces de a uno. A veces de a dos. El camino se hizo largísimo. Pero lo hicimos bien. Era tan habitual discrepar. Tan reconfortante cansarnos en el intento de continuar. Finalmente soltábamos la carcajada. En la medida que nos aventábamos los platos ideamos la forma para crear tontera y más. Reconozco que el saldo de este compromiso no alcanza parámetros reales. Pensé hallar la solución en el libro mágico de los gnomos. Todos en absoluto deberíamos atesorar algún indicio de inocencia. Ah Ah Ah. Negativo. ¿Quizás alguno de mis delirio superficiales lo finiquite?. No lo olvidé. Esa no es tu onda. Un hálito de The Cavern en Liverpool. Eso estaría bien. Pero cuando ahora mismo. En este instante Bryan Ferry me grita Its my life. Nunca deja de vociferarme ideas. Me viene el alma al cuerpo. Dont you forget. Porque es cierto. Yo decido como cuando como y donde. Jamás. ¿Resolví tu interrogante?. Descartó de mis días cualquier cuenta pendiente. Ideología materna. You know. Excepto contigo. Increíble no querer deberte nada. Prodigioso adeudarte tanto. Increíble niñita. Increíble ciertamente.

1 comentario:

Rolando Escaró dijo...

suele suceder que solo se valora realmente lo que se pierde (o se deja ir)