1.16.2007

Aguaymanto Estival


Desperdigados por el mundo. Así es como tengo los afectos. Divididos. Unos cuantos al Norte. Otros tantos al Este. Muchos al Sur. Besos en el frío. Abrazos por las montañas. Y deseos en la lluvia. Cuando llego a mi destino. Inundado de tenue luz de las velas. No queda más que recorrer. Esa suerte de dulce hálito. Interceptado. Arrebatado. Obsequiado. Compartido.

Flameados flirteos a punto de cognac. Con un toque de brandy derramado. Diluido en el sobrio vestido de cóctel. Con el perfecto cherrie bordeando el filo de la copa. Insinuando el termino de la recepción. Anunciando el predecible escape. Y la anónima llegada al lujurioso escaparate. Adornado de suntuosas cortinas rojas. Albergando apresuradas manos que inquietan la piel.

El agridulce del aguaymanto. Ese color festivo y vivaz. Tan peculiar entre tantos. Esa súbita emoción de saborearlo. Para luego entregarse a cada uno de sus etapas. En tonos cada vez más ácidos. Y ver como el rojo de tus mejillas van subiendo. Me permite cerrar los ojos. Y contemplarte. Después de mucho. Volví a ti. Dejé mi copa de Magnum Vega Sicilia Reserva 81. Me abrigué y salí. Nuevamente la lluvia estaba ahí. Para mí. Esas gotas que enviabas en pleno verano. Que duda cabe. Como dice la canción. En mi mente persistentemente.


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