6.26.2007

Escribir & Vivir

“Ya la vejez me permitirá pagar a una enfermera tonta que transcriba
mis memorias”

Cierto. Hace mucho que no escribo. Fuera de notas que anuncian el incremento de los productos químicos o acerca de cómo se “disparo” el mercado de celulares. Ahora me dedicó a entrevistar a gente – algo rara - de terno y corbata. Prospectos de ejecutivos y reacios a envejecer que te piden encarecidamente que los llames por su nombre. “Michael”. O en su defecto te enseñan su ruma de pasaportes sellados con destinos como Venezuela, España y África. Finalmente te das cuenta que no tienes por donde “levantar” tu nota porque te marearon con tanta perorata que difícilmente rescatarás alguna novedad de esa entrevista.

También debo decir que hasta he aprendido a tabular. Cosa que me rehusé a hacer en la universidad y ahora veo como una aleccionadora terapia - O lo hacía o presidía la segunda versión del plan “empleada audaz” – Tampoco puedo desmerecer mis novísimos conocimientos sobre tendencias de inversión, bolsa de valores, fondos mutuos, tecnologías de la información, los beneficios que traería el paypal para la dinámica del comercio electrónico, canales de comercialización, y sobretodo los alcances de la depreciación de los productos.

Sin embargo culpar a esta avalancha de seudas “ocupaciones” para no escribir resultaría más que perverso. Aquí es donde evoco a un lejano conocido. De manos largas y delgadas acompañadas del acostumbrado cigarrillo. Barba crecida. Largo gabán negro y raído. Y el inconfundible polo “Welcome to the Jungle”. Con el cabello enmarañado hasta el hombro solía decirme: “Yo prefiero vivir antes que escribir”. Inhalaba humo. “Ya la vejez me permitirá pagar a una enfermera tonta que transcriba mis memorias” Exhalaba humo.


Si bien antes disfrutaba transmitir a través de las palabras. Redescubrí que no existe nada más delicioso que concretar un beso antes de escribirlo. Y sonrojarse con una mirada antes que ordenar tus ideas para presentar la escena. O sorprenderte con unas palabras antes que leerlas a través de un post. Y es que la interacción de dos. El dulce juego de a y b. La emoción compartida. Para mí. Son la excusa perfecta para alberga una historia que – muy probablemente – quedará fichada en este blog.

A estas alturas no me pongo fecha para escribirla. Que pereza. Prefiero seguir el consejo de ese personaje mimetizado en la lujuria de Quilca. Y continuar respondiendo “Yo”. Cuando a través del auricular escuche “¿Quien es la más dumpy?”. Y me doy la licencia de compartir esta invaluable cursilería porque ¡vaya! Que bien se siente ser la massssss dumpy. Sobre todo ahora que sé que dump – en inglés – es deposito o pocilga. Cuando la verdadera intención era decir “dumb” - tonta - Insisto los más dumppppies. 18241218 TRK.

PD. Y cómo es la vida. Hace un par de semanas me enteré que el cuentete que escribí formará parte del libro del concurso de editorial “Mesa Redonda”. Viéndome ahorrado el trabajo de escribir. Emprenderé el ruego a mis amigos más queridos y familia para que adquieran el libro. Obvio previo aviso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola. Sólo quise hacer un aporte acerca del significado de "dumpy":


Dumpy ['dʌmpɪ] adj (dumpier, dumpiest) fam.: rechoncho,-a

http://www.wordreference.com/es/translation.asp?tranword=dumpy

Suerte.