4.10.2012

MAR & COLUMPIO BY MIKE


Siempre dicen que hay una primera vez para todo. Mis primeras veces - la mayoría - considero han sido un poco tardías. Quién sabe porque iba en otra o tal vez porque me rehusaba a abandonar mi zona segura. Pero esta vez me permito a compartir por primera vez mi espacio con alguien muy especial. Siempre con ese peculiar tono contestario & ocurrente de decir las cosas. Encontraba - y encuentra - la palabra justa e inusual para sorprenderme y robarme una sonrisa. Solo puedo decir, gracias por estar aqui, ni ayer, ni hace un mes o dos o tres. Ni antes ni después. Con ustedes, Mike.



Supuestamente estoy sentado frente a la mejor amiga de mis noches de café y tabaco, mi compañera de madrugadas, y porque no, quizás de mi confidente de nocturnidad y de costumbres poco ortodoxas. . . mi computadora portátil. Si pues, que triste suena ello. Pero que tan cierto, caramba. Y que tire la primera piedra quien no se haya encontrado en la misma situación. . .
 
Pero mi laptop no me trae a estas líneas, como fuente de inspiración. Pues no, aquellos cientos de archivos casi incomprensibles de estructuras técnicas que parecen obtenidas de un libro de ciencia ficción de un Asimov ochentero no son ahora los responsables de mi casi acostumbrado y placentero insomnio.

Ahora mi cabeza vuela y ronda en el límite vertiginoso de la intensidad, el columpio, el mar, el sol, el alcohol (pendenciero desinhibidor de verdades), el chocolate, la diversidad fecunda de besos que esperan años para darse cuenta que así como el vino es necesario madurar un poco para que sea perfecto. . .y claro. . . aquella duda (pregunta?) guardada en el diván del tiempo, y que de respuesta tan cruda ella se transforma luego en la excusa para una invitación a una aventura de cuentos casi irresistible.

Oh, mar cuanto te quiero!! Testigo, compinche y proxeneta. Bendito mar, donde estabas hace tiempo? Porqué esperaste tanto…? Ahora sé que te necesito cerca, porque (mi boca siempre comprometiendo a mi cerebro) vaticinó una adicción profunda…y…razón no le faltó. Sólo que, ironías del destino, el afectado ha sido el retador y el efecto ha sido el de una inyección de adrenalina directa a la carótida y de acción permanente.


Noche, noche lunera cascabelera, me regalaste quizás uno de mis mejores momentos. Cada vez que vaya en busca de la felicidad me acordaré exactamente de cómo fue la primera vez que vi una película de Will Smith, acurrucado en sábanas blancas y extrañando cada uno de los segundos que se sucedieron marcando profundamente cada uno de los surcos de mi alma, mientras una mezcla de Calvin Klein, Donna Karan, y un no tan cierto D&G embriagaban mis sentidos, y domesticaban al lobo solitario en una tierna mascota. . .


“Esta parte de mi vida, este pequeño momento de mi vida lo llamo Felicidad. . . “
Sólo sé que extraño ese rincón escondido de cebada y pasas, de risa y gloria, de paz y sueño, de postre y sol, de preguntas y sorpresas. Pero más que por el anónimo rincón, suspiro por la afrodita que me abrió las puertas del Olimpo.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Te amo, mi amor!!!
Yop!!