10.29.2007

Happy Birthday, Mrs. President!

"Estoy en la contienda y estoy para ganar"


Hace dos días, Hillary Clinton recibió sus 60 margaritas con una inmensa sonrisa en el rostro. Y no era para menos. A sus pies tenía a Elvis Costello - emulando a una Marilyn Monroe frente a John F. Kennedy, claro sin contoneo de caderas - con su versión del “Happy Birthday, Mrs President”, un auditorio eufórico por escucharla y el 47% de intención de voto de los demócratas en el bolsillo. Al parecer, la asunción de Hillary al trono del país más poderoso del mundo podría ser inminente.

Se dice que la ambición de la ex esposa de Bill Clinton no tiene límites y que en su mira siempre estuvo la Casa Blanca. Y no precisamente como “la esposa de”. Que como primera dama nunca se acostumbró a presidir obras de beneficencia, actos de caridad y mantener silencio cuando los escándalos – sexuales y políticos – remecían la gestión de su bienamado consorte.

Ahora como única protagonista de la historia, la actual senadora del Estado de Nueva York arremete con todo, pronunciando un discurso a prueba de balas: "Estoy en la contienda y estoy para ganar". De carácter combativo y persistente, Hillary está decidida a terminar con la guerra de Iraq, recuperar el respeto internacional hacia los Estados Unidos, mejorar la sanidad y reducir la dependencia del crudo importado.

¡Ya tengo el Poder!
Sin embargo, existen fantasmas del pasado que podrían empañar el camino de la candidata demócrata. Carl Bernstein, quien fuera periodista del Washington Post y uno de los autores del Destape Watergate, ha seguido sigilosamente cada paso suyo desde 1989, y públicamente ha aplaudido su “sangre fría” por anteponer los beneficios que le otorgaba ser la primera dama de los EEUU a la defensa de su dignidad frente a los sonados casos de acoso sexual por parte del díscolo Bill.

“Un divorcio era una idea inconcebible para ella. ¿Qué podemos esperar de una mujer cuyo único interés fue y es acariciar el Poder?”, ha repetido Bernstein hasta el hartazgo, a propósito de su libro "Women In Charge", donde presenta la biografía de la aspirante presidencial.

Hillary que - aprendió a vivir con la compulsión sexual de su marido y con el miedo permanente que descubrieran los chantajes que ésta ejercía sobre las amantes de Clinton para que no abrieran la boca - ahora presenta un impecable discurso de confianza, verdad y respeto.

Si bien es cierto, la gente puede cambiar y tiene derecho a ello, resulta necesario – y no solo para los americanos- analizar sin apasionamientos la propuesta de esta guapa mujer que hace poco fue criticada por presentar un atrevido escote, calificado como “inapropiado” por la prensa internacional, durante una presentación en el Senado. ¿Será que un seductor aroma “oportunista” se asoma a la Casa Blanca desde la cantera demócrata?

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