5.26.2008

CONECTADO A LA ESPERANZA

Desde la cama de un hospital y conectado a un respirador artificial no resulta fácil ver el transcurrir de las horas. Probablemente, nuestro compatriota Jesús Sánchez Marcelo no perciba con exactitud qué sucede. Sin embargo, la temida palabra eutanasia ronda cauta y sigilosa su habitación en el John Peter Smith Hospital de Arlington en Texas - EEUU.


¿Qué hacer cuando tus días están contados? Cuando en la mirada de tu hija se refleja la angustia y la impotencia. Cuando la voz de tu hijo se quiebra con cada pestañeo tuyo. Cuando en las llamadas de tu esposa solo una respuesta es la constante: No. Y es que cuando se está conectado a la vida. Ninguna historia está escrita. No existe ley que derogue las ansías de vivir. Solo queda un bostezo que confirma: Sí aún estoy vivo.

Desde la cama de un hospital y conectado a un respirador artificial no resulta fácil ver el transcurrir de las horas. Mañanas, tardes y noches. Frío, ausencia y miedo. Probablemente, nuestro compatriota Jesús Sánchez Marcelo no perciba con exactitud qué sucede. Sin embargo, la temida palabra eutanasia ronda cauta y sigilosa su habitación en el John Peter Smith Hospital de Arlington en Texas - EEUU.

Jesús Jr. y Nathaly jamás imaginaron el vuelco que darían sus vidas. Los episodios de risas y juegos – ahora – han sido suplantados por momentos de angustia y tensión. Esta es una batalla donde la vida de su padre está en juego. Sin embargo, no sólo en sus manos está que el amante del deporte rey y siempre optimista Jesús, le meta un gol de media cancha a una absurda muerte. Lamentablemente – como casi siempre sucede – el logro de este partido depende de burocracias y sendas reuniones que no entienden la corta brecha que hay entre la vida y la muerte.

VIDA DESCARTABLE
Todo se resume a reunir al menos 20 mil dólares para poder trasladarlo de los Estados Unidos al Perú en un avión ambulancia. De lo contrario -este hombre de 56 años- será desconectado de la sonda que lo alimenta, del respirador mecánico que lleva aire a sus pulmones y se le dejará morir. Así de práctico. Así de terrible. Y es aquí dónde me pregunto: ¿Cuán descartable puede ser concebida una vida? ¿Ya olvidamos el legado que cada uno de nosotros representa?

Por su parte, Jesús hace lo suyo. Lucha infatigablemente. Salió del profundo coma que le ocasionó un fuerte pelotazo en el pecho durante un partido de fútbol, el 30 de septiembre del año pasado. A pesar de ello, las autoridades del Peter Smith Hospital lo han catalogado como “paciente irreversible” - y considerando que la práctica de la eutanasia es legal en Texas - lo que pretenden es dar un “rápido y drástico final” a la vida de Jesús.

LUCHA DESDE LIMA
“No sé, si me puedan entender. Con ese hombre lo compartí todo. Mi vida, mis sueños, mis metas. Si él se va, una parte de mi se va con él. Yo entendería la situación y me resignaría a ésta, si mi esposo no respondiera. Si su estado fuera vegetal. Pero no es así. Yo no pierdo la fe”.

Entre lágrimas su esposa, Margarita Alvarado, brinda su testimonio. Y cada día emprende la batalla desde Lima. Visita la Cancillería. Se pasea por los medios de comunicación. Y no descansa. Nada es suficiente. Ella de aspecto frágil y cándido se vuelve indómita cuando tiene que argumentar por qué Jesús tiene que ser trasladado. Ella ya lo ha dicho. No descansará sino es tomada de la mano de su compañero de toda la vida. Viendo sus mejorías. Acompañándolo en su rehabilitación y brindándole ánimos. “El es un luchador. Siempre lo supe”.

Hasta el momento nada es concreto respecto a su traslado. En la semana que transcurrió, diversos noticieros informaron que su arribo a Lima era cuestión de horas. Pero hoy – a través de un semanario televisivo – Nathaly desmintió estas versiones y apeló a seguir luchando por la vida de su padre. “Lo único cierto es que seguimos esperando. Mi padre se aferra a la vida. Y nosotros a la celeridad de las autoridades y a los rezos de nuestros hermanos peruanos”

Se dice que el peruano no solo es dicharachero y cálido; sino sumamente solidario en la adversidad. Y como no serlo ahora. Ahora más que nunca. Desde su patria - y con absurdas leyes anglosajonas en nuestra contra - le decimos con la esperanza intacta: Lo esperamos Don Jesús.
Tenerlo de vuelta también depende de ti. Puedes depositar tu apoyo económico en la cuenta en soles del Banco de Crédito Nº 191-16528717-0-72. Puedes comunicarte con Margarita Alvarado – esposa de Jesús - a los teléfonos 995857250 o al 5226646.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escuche la noticias y malazoo eso puxa los peruamos solidarios hasta el final.. Volados besos ni�a tu tan fashion juaa!! tan tan tan tu psss! jaaa .. y se te extra�a donde te escondes ah?

Clau

Espero que se publique esta vez Sentada espero..

Giancarlo dijo...

Buen título, Mire.